Se trata de un animal de gran talla que tradicionalmente se ha venido seleccionando para la guarda de rebaños.
Durante muchos siglos, el Mastín del Pirineo fue el fiel acompañante de los rebaños que recorrían los valles pirenaicos y bajaban hasta el Maestrazgo e incluso territorio valenciano. Los recorridos trashumantes en Aragón eran cortos si los comparamos con los castellanoleoneses. Además, sucedía con frecuencia que en cada valle existían diferentes reglamentaciones, según las costumbres o los criterios de los señores bajo cuyo dominio se encontrase la zona.
En cualquier caso, con el paso del tiempo y debido a una exigente selección funcional, nuestra raza se convirtió en una parte imprescindible de la vida aragonesa. El Mastín del Pirineo vivió, pues, mató y murió junto a pastores y zagales, defendiendo a las reses y propiedades de su amo, las cuales siempre consideró como parte propia.
jose mota el rey
Hace 13 años
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